En todos los organismos es preciso sintetizar macromoléculas a partir de moléculas sencillas, y para establecer los enlaces entre éstas se necesitamos energía.
¿Donde conseguimos la energía?
Esta energía se consigue rompiendo los enlaces químicos internos de otras macromoléculas, sustancias de reserva o alimentos. Todo ello se comporta en una serie de reacciones coordinadas cuyo conjunto se denomina metabolismo.
Dado que las sustancias que intervienen en estas reacciones son, generalmente, muy estables, se requeriría una gran cantidad de energía para que reaccionaran entre sí, ya que, si no, la velocidad de reacción sería nula o demasiado lenta. Para acelerar la reacción en un laboratorio bastaría con aumentar la temperatura o bien con añadir un catalizador, es decir, una sustancia que aumente la velocidad de la reacción.
En los seres vivos, un aumento de temperatura puede provocar la muerte, por lo que se opta por la otra posibilidad, es decir, el concurso de catalizadores biológicos o biocatalizadores. Las moléculas que desempeñan esta función son las enzimas. Las enzimas son, proteínas globulares capaces de catalizar las reacciones metabólicas.
Las enzimas, a diferencia de los catalizadores no biológicos, presentan una gran especificidad, actúan a temperatura ambiente y consiguen un aumento de la velocidad de reacción de un millón a un trillón de veces.
¿Qué es sustrato?
Es una molecula sobre la que actua una enzima, para la combinación temporal del grupo próstetico al sitio activo de la enzima.
3 Tipos de enzimas que existan en nuestro organismo
- La Lipasa: Actúa sobre las GRASAS, se produce en el páncreas y en intestino proporcionando ACIDOS GRASOS Y GLICEROL.
- La Pepsina: Actúa sobre las proteínas, se produce en el estomago y proporciona aminoácidos y péptidos.
- La Amilasa: Actúa sobre el ázucar y el álmidon, se produce en el estómago y el páncreas, proporcionando Glucosa.
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